Consiste en reconocer la importancia del balance o equilibrio personal en la vida del paciente, introduciendo la importancia del tiempo a nuestras vidas, con la finalidad de ordenar nuestra propia energía, atendiendo ambos polos (negativo y positivo) del ser humano, observando el período de energía acumulada, ordenando los pensamientos para hacer una renovación óptima del paciente.
Para la sanación el paciente debe estar completamente seguro de querer el cambio y aceptar el análisis de cómo ha llevado su vida, desde el momento de su nacimiento hasta la etapa de su recuperación.